Cada vez más personas se sienten atraídas por el yoga y muchas veces no saben por dónde comenzar. La práctica diaria en casa es muy tentadora por varios motivos.
1. Comodidad
Cuando tenemos que ir a un lugar para tomar una clase que otra persona programó en un horario que no decidimos, es fácil ponernos excusas sobre por qué no podemos hacerlo, sea esto cierto o no.
Cuando practicas en tu casa no hay excusas: mat, voluntad y la práctica está hecha.
2. Autoconfianza
Muchas personas se sienten intimidadas a la hora de empezar a tomar clases en un estudio al no saber los nombres de las posturas, porque no se sienten flexibles o porque se sienten muy expuestas a la mirada ajena. Practicando en casa podemos crear un espacio a nuestra medida, donde no nos comparamos con nadie, trabajamos en nuestro camino de manera más íntima y podemos ir probando a nuestro propio ritmo las asanas en las que no nos sentimos cómodas.
Progresivamente, con mucho cuidado y amor vamos intentando las posturas más complejas.
¡Y podemos reirnos a carcajadas de nosotras mismas cuando quedamos despatarradas en el piso!
3. Disponibilidad
El yoga nos permite relajarnos y aclarar nuestra mente. Practicando en casa, podemos realizar la práctica en cualquier momento del día.
Si surge una situación estresante o simplemente necesitás volver a tu centro y tomar decisiones desde un lugar armonioso y centrado, estiras el mat y te encontrás con vos.
Hoy en día podés encontrar todo tipo de clases de yoga online que te pueden servir de inspiración.
4. Elegancia total
Seamos realistas, cuando practicamos en casa la vestimenta es la más cómoda que se haya diseñado jamás. No hay tecnología de punta que supere tu pijama favorito, la bikini o esa remera de tu novio. Para practicar yoga no necesitamos nada más que nuestra presencia, ni siquiera necesitas mat si la superficie es amigable. Podes vestirte como quieras y sentirte cómoda y radiante.
5. Adaptabilidad
Hay días en que no nos para nadie, días tenemos toda la energía del mundo y no podemos parar de movernos, queremos hacer secuencias súper complejas, superar nuestros propios límites y percibir toda nuestra fuerza… y hay días en los que nos sentimos introspectivas y preferimos hacer la postura del niño y savasana.
La práctica personal nos permite conectar con nuestras necesidades, y sentir nuestro cuerpo en cada momento. Escucharnos es un aprendizaje en sí mismo. Practicando en casa te volvés más consciente de lo que necesitás y sos capaz de dartelo.
6. Savasana customizado
Es tu espacio, es tu tiempo, es tu práctica. Tomalo como un regalo que te estás dando, un momento que es sólo para vos. Podés prender una vela aromática, palo santo, poner música, taparte con una manta suave, poner almohadones bajo tus rodillas, lo que se te ocurra. Se feliz y disfrutalo.
7. TU propio YOGA
Comprometernos con una práctica de yoga personal nos permite ahondar nuestra propia relación con el yoga.
Este momento íntimo nos permite reconectar con quienes somos más allá de todos los roles que desempeñamos en el día a día, nos permite reconocer nuestros deseos y observar nuestra identidad, nos da la posibilidad de mimarnos y aceptarnos tal y como somos en nuestro aquí y ahora; en definitiva nos vuelve conscientes de nuestra unidad con el todo.
NAMASTE